Grito urgente

5 años y 8 meses: la maquinaria estatal no pudo impedir que te encontremos.

15 años: ni jueces ni fiscales ni gobiernos constitucionales ni la “primavera de los derechos humanos”, resistencia como motor de lucha que abraza y camina junto a familiares y amigxs.

16 años: negarse a robar para la policía como acción que se convierte en un grito urgente, gobierne quien gobierne.

“En este barrio sucedió la desaparición forzada de Luciano Arruga”, reza uno de los carteles que se clavan en los postes de Lomas del Mirador. 15 años en que la urgencia de un grito sigue erosionando el óxido estatal: “la justicia delegó la investigación a la policía que denunciamos”. Un juego a conveniencia del Estado que no tiene nada de lúdico. Ya lo hemos escuchado: “no es fácil desaparecer a una persona. El Estado lo hace. Y para que pueda hacerlo es necesario que se ponga en marcha la máquina”.

«Eso lo aprendí en la lucha»

Hace un tiempo Sandra Gómez —mamá de Omar Cigarán, a quien el 15 de febrero de 2013 el oficial de la Policía bonaerense Diego Walter Flores lo mató por la espalda— le escribió una carta a una ministra de seguridad diciéndole que no espera nada de ella. No la llama a la reflexión, ni espera que recapacite: “Usted y todos los que gobiernan como usted son nuestro enemigo de clase. Eso lo aprendí en la lucha”.

Todo el mundo odia a la policía

El número asciende a más de 8200 personas asesinadas por el aparato represivo del Estado. Detrás de esa cifra tremendamente escalofriante se esconden historias que hoy podemos conocer a través de los nombres que se gritan, de rostros que se estampan en remeras y banderas, en pieles de sus familiares con frases que lxs recuerdan. Historias de pibes que estaban robando, o de pibes que se negaron a robar para la policía, pibes que se asustaron y salieron corriendo, pibes que estaban en la calle al lado de un asesino con chapa. Pibes y pibas que lo que tenían eran ganas de vivir. Pibes y pibas pobres en la mira de los policías, prefectos y gendarmes que tenían ganas de matar. “Si el policía bueno existiese, no habría más de 8000 mamás con las remeras con las caras de sus hijos”, nos dijo una mamá hace unos días. Policía bueno, policía muerto, infancias libres, jóvenes a salvo.

7ma Marcha contra travesticidios, transfemicidios y transhomicidios

Ahora parece que el Estado, esa máquina que desaparece, tortura, viola y asesina, salió del armario, se puso la mascarita de turno, agarró la bandera para la ocasión y se vistió de los colores del orgullo. Sacó a pasear su hipocresía iluminando sus emblemas por izquierda mientras sigue contando trans-travesticidios por derecha mientras con los medios barre sus basuritas por debajo de la alfombra de los juzgados.

El Atlanticazo no será televisado

Este martes 4 de enero a las 17 hs se sincronizaron múltiples movilizaciones contra la resolución 436 / 2021 que autorizó la exploración sísmica y la explotación petrolera en tres zonas del Mar Argentino por parte de las empresas Equinor, Shell e YPF. Fue aprobada y promovida por las políticas extractivistas, esta vez bajo la firma de Juan Cabandié.

El Estado pone el plomo, lxs pibxs los cuerpos

La imposibilidad de pensar sin Estado y sin su aparato represivo, encauzado en tal o cual forma de gobernar y visibilizando solo los asesinatos de la oposición política, nos sitúa en las críticas binaristas y, por ende, a movernos dentro de los enunciados de “corrupción”, “malas gestiones”, “policía de Larreta” o “fuera Berni”. Imposibilidad o miedo de asumir que todas las fuerzas represivas cumplen perfectamente con sus funciones: ser matones del Estado, resguardar la mafia del Capital. Para eso les pagan, no son casos aislados, sino su función social.

Los operadores del genocidio indígena en el siglo XXI

“Hoy reparto de indios”, decía la tapa del diario La Nazión en su ejemplar de octubre de 1878, pero hoy en día no está lejos de aquellas lógicas. Ahora Clarín, La Nazión y los medios rionegrinos antimapuche (los mismos que difundieron la convocatoria para “exterminar indios” en Villa Mascardi durante el 2020) acusan de “traidores a la patria” al pueblo mapuche. Pero a quién se le ocurre que tendrían que responder a una patria que se constituyó en base al genocidio de su pueblo y al de tantos otros, del robo de sus tierras, del intento de borrar sus identidades, de la apropiación de sus niñeces y de la esclavización de quienes sobrevivieron.

Todo desalojo es violento

Hace dos semanas un grupo de personas en distintas situaciones de vulnerabilidad permanente decidieron llevar a cabo una ocupación de tierras vacías. Es decir, recuperar mediante la toma del terreno, con sus propios cuerpos y deseos, lo que se les es sistemáticamente quitado y negado. Una porción de tierra desde donde desarrollarse en esta sociedad que les desplaza. Tarea difícil la de elegir cómo vivir. Tarea prohibida la de accionar por mera supervivencia por fuera de las leyes y los mandatos.

Prólogo de una demolición anunciada: pintadas antes de la tormenta

La respuesta no se hizo esperar. A menos de 24 hs. de la 7ma Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil, algunos medios masivos de la patronal salieron a denunciar y fomentar la persecución de anarquistas que fueron a rayar las paredes blancas del Cabildo. “¿Cuántos son como para identificarlos? ¿No hay policías en la zona para ir a buscar a estos energúmenos que escriben con pintadas la catedral metropolitana?”, dirá la periodista. “¿Estamos en contra de la violencia pero ponemos fuego a las iglesias? No se entiende el mensaje, muchachos”, afirmará, evidenciando que para ser vocero de la democracia no hace falta demasiada inteligencia. El intento de equiparar unas pintadas con la violencia diaria ejercida por el Estado argentino es un recurso fácil y miserable típico de la chusma periodística. Sabemos que así se ganan su salario, llamando a la pasividad y la sumisión cotidiana.

Lxs buenxs estudiantes son lxs que prenden fuego cosas

Hace unos días una compañera que escribe textos incisivos, filosos e incendiaros dejó asentado en una discusión que “los buenos estudiantes son los que prenden fuego cosas”. Son las 15:50 de este 27 de agosto y comenzamos a caminar sobre Av. de Mayo acompañando a lxs familiares de la Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil y esa frase se me viene al cuerpo. Profesora y alumna se cruzan, aunque los roles impuestos por la sociedad jerarquizada se anulan. Ambas le ponen color a la ciudad gris. Ambas plasman en las paredes la rabia que hoy nos convoca. Ambas escriben, mientras una le dice a la otra “te amo” con una risa hermosamente desobediente —una con stencil y la otra con una impecable letra cursiva—  los interrogantes y las afirmaciones que la sociedad del espectáculo calla: “¿Cuántas vidas vale gobernar?”, “Venganza”, “1312”, “ACAB”, “Nunca yuta”.