Intuimos que una atenta escucha de la época nos permite observar las falsas dicotomías y visibilizar que la democracia funciona como la continuación de la dictadura por otros medios.
Presentimos que una atenta escucha de la época nos convida memorias ingobernables que no se coagulan en la institucionalización de la vida.
Presagiamos que una atenta escucha de la época puede ofrecernos una apertura a sensibilidades que rechacen todas las variantes de las gobernanzas del mundo que nos llevan al colapso ecológico, económico, social y ético.