Las vueltas de la vida (del Capital)

No somos, de manera alguna, enemigos del capital y se verá en el futuro que hemos sido sus verdaderos defensores.

Juan domingo Perón al “Honorable” Congreso Nacional el 1º de mayo de 1952.

Fue Perón quien dijo que gobernar es crear trabajo. Hoy tenemos el deber de darle un trabajo digno a cada argentino (…) Lograr un país con pobreza cero no es caridad ni paternalismo. Es justicia social y esa es la bandera del peronismo que reivindico.

Mauricio Macri, 8 de octubre del 2015 en la inauguración de un monumento a Perón.

Cada vez que este país empieza a caminar vienen los liberales, nos endeudan, nos funden, generan más pobreza, y después siempre, siempre viene el peronismo, siempre viene el campo popular, siempre viene a gobernar para las mayorías populares. ¡Esa es la historia de los últimos setenta años!

Axel Kicillof, junio del 2019 en el marco de la campaña para gobernador por la Provincia de Buenos aires.

Espectáculo político-mercantil

Sacralizar la política, erigir nuevos amos, lindos, jóvenes, sencillos. Licuar el disgusto y el cansancio del pueblo, apropiarse del conflicto social y vaciarlo hasta que la fe en el Estado y sus representantes se renueve. Caras con excesivo maquillaje, sonrisas que dejan entrever dientes perfectamente blancos que pasaron por un blanqueamiento (como los billetes que financian sus campañas) o por el Photoshop, alianzas y abrazos “pragmáticos” (¿oportunistas?) que durarán algunos meses, amistades que son fórmulas para futuras posibilidades presidenciables. Todo vale en el espectáculo político-mercantil.

Huxley y Orwell lo predijeron pero pareciera no importar. El primero escribió que “(…) gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre”, el segundo que “al partido no le importa perpetuar su sangre si no perpetuarse a sí mismo”. Siguiendo esa línea, Simone Weil escribía hace casi 80 años: “La primera finalidad, y en última instancia, la única finalidad de todo partido es su propio crecimiento, y ello sin límite alguno”. ¿Acaso se puede negar alguna de esas frases? ¿No son los partidos asociaciones que al aspirar a la toma del Poder se presentan como la “Verdad”, o la “solución” a todos nuestros problemas? ¿No es cierto que cada militante de cada organización cree que SU organización es la verdadera representante y la verdadera solución a la  miseria en la cual vivimos, y por ello empujan a todo el resto de la población a que la voten, la refuercen, la  apoyen y la elijan para que tome todas las decisiones? Esto, tristemente, es cierto. Más allá de las buenas intenciones que tenga la militancia de los partidos políticos, no hay otro resultado posible que el de erigirse como la negación de las libertades que se pretende representar. Esto el Estado lo sabe, y es por eso que nos empuja a organizarnos en torno a unas estructuras que son la emulación a pequeña escala de lo que es el Estado: verticalismo, delegación, pasividad, burocratización, religiosidad, fe, competencia y paternalismo. El contenido no puede cambiar radicalmente si las formas no lo acompañan.

Pero, ¿por qué tanto ataque hacia los partidos políticos? ¿Es porque tenemos un purismo o un problema personal con los mismos? Puede ser. ¿Lo hacemos de caprichosos? También podría ser, ya que todes estamos atravesades por la miseria del Estado. ¿Hemos tenido enfrentamientos con ellos? Sin lugar a dudas. ¿Estamos aburrides? También es cierto, la normalidad tecnocrática capitalista que se reduce a trabajar-consumir se nos vuelve cada vez más asfixiante y repetitiva. Pero ninguna de esas razones es suficiente para que nos empeñemos tanto en comprender a los partidos. Criticar por criticar es una actitud que no le es útil a nadie, no buscamos reproducir egocentrismo individualista, crítica intelectual democrática que es intercambiable en el espacio cibernético de las redes sociales o de los programas de chismes-políticos. No queremos hacer lo que hacen los líderes y representantes de las diversas ideologías disponibles que se erigen como productos para nuestro consumo. El ataque a los partidos políticos surge de la necesidad de poder aportar una crítica profunda que nos permita entenderles como estructuras-obstáculo en la lucha de clases, para poder superarlos como métodos de organización de la clase oprimida. Una crítica que nos permita dar un salto hacia adelante en nuestro análisis de la situación de guerra en la que nos encontramos para poder organizarnos mejor y poder definirla en favor de la libertad de los pueblos del mundo.

Esta no tan nueva crítica, creemos, se dirigiría tanto hacia la totalidad del sistema representativo en general, como a sus diversas particularidades. Comprendería que la democracia es la forma en la que el enemigo quiere que nos organicemos y por eso la fomenta por todo el mundo a través de la globalización. Más allá de que distintas tendencias (de centro, izquierda o derecha) lleguen al Poder buscando cambiar las condiciones de vida del pueblo, no harán más que reproducir subjetividades que harán imposible un verdadero cambio. Los partidos políticos, en sus propios mecanismos, llevan consigo las mismas lógicas de subordinación y de delegación que el Estado impulsa, desde la forma en que sus militantes de base se relacionan con las cúpulas, o en la competencia entre los distintos partidos que es tan inescrupulosa como la empresarial, hasta la forma en que están atados a la legalidad burguesa de forma casi obsesiva (como evidencian tanto el caso del PTS defendiendo la catedral cuando unes compañeres de Santiago Maldonado estaban demostrando la rabia por otro asesinato más del Estado, o también con el pedido de no salir a la calle para echar a Macri porque todo debe resolverse a través de los plazos democráticos que impone el Estado).

Por lo tanto, vemos la necesidad de pelear por una teoría que se construya sobre la premisa de que los partidos políticos que juegan al espectáculo mercantil de la democracia llevan de forma intrínseca el germen del Estado, ya que, al identificar al Estado moderno como el resultado de un progreso histórico continuo, lineal, constante e indiscutible de la evolución humana, utilizan un espejo y le imitan, reproduciendo así sus mismas prácticas. Realizados a imagen y semejanza del dios-Estado, buscan llevar al Estado a todo lugar al que van, convirtiéndose en totalitaristas. Y en consecuencia de esto, todo aquel que no participe de la democracia y critique al espectáculo es tildado de “hacerle el juego a la derecha”.

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Renovación de la fe

Vayamos a un ejemplo claro de lo que tratamos de expresar. La crónica de Revista Anfibia, “Un Ángel para tu soledad”, dice que “dentro del Clío, Kicillof cuenta por qué comenzó a recorrer el Conurbano, en tren primero, en auto después, y no la Ciudad de Buenos Aires, territorio donde muchos circunscribían los límites del economista” (Gullo, 2019). Este relato acompañando al futuro gobernador cumple con su cometido, la figura de político-santo se enaltece, el reajuste del tablero de la política está hecho, la fe se renueva, la lógica estatal prevalece. La “historia de los últimos setenta años” que menciona el futuro gobernador en dicha crónica es parte de la vueltas cíclicas del Capital, del inconsciente estatal, reproducción del “partido” orwelliano que se perpetúa traducido como la reafirmación indiscutible del Papá-Estado-Capital; y sí, tiene razón, luego de las “crisis” el peronismo “siempre viene a gobernar para las mayorías populares”, en el 2003 y en el 2019, pero lo que omite es que ese “campo popular” que viene a gobernar es parte del problema, es una variable más dentro de los cálculos de la política, dentro de los procesos políticos que, a través de la objetivación de la realidad, burocratizan la vida mediante el sometimiento absoluto al Estado, domesticando al pueblo y la lucha social, perfeccionando así el arte de gobernar, el arte de manejar las contradicciones que genera el Estado, siempre a favor de éste.  A lo largo de la historia argentina (y de la mayoría de los pueblos divididos en Estados) se repiten mecanismos similares de la política instituida para garantizar, mediante la conciliación entre explotadores y explotadxs, al Estado. Como no reivindicar esa visión de mundo si uno de los pilares del General lo dejó bien en claro:

El pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.

¿Qué puede tener de “popular” una fórmula presidencial que apuesta al capitalismo? Por una parte, “La jefa” lo reafirma en hechos y en palabras. En agosto del 2012, Cristina hace anuncio del aumento del salario mínimo a $2.875. En un discurso presenciado por diferentes burócratas sonrientes de los sindicatos estatistas dirá: “(…) y siempre el salario, por definición, y acá voy a dejar de lado un poco la doctrina peronista, por más de que no le guste a alguno, el salario por definición siempre va a ser insuficiente. Sino, si tenés un salario suficiente ya dejaste de ser trabajador asalariado para pasar a ser casi un patrón”[1]. Anteriormente, en un congreso de empresarios del G-20 en Cannes, propuso “volver al capitalismo en serio, porque esto que estamos viviendo, señores, no es capitalismo. Esto es un anarco-capitalismo financiero total” (Clarín, 2011). ¡Cuánta profundidad! “Anarco-capitalismo”, malo; “capitalismo en serio”, bueno. Habría que recordar que el “capitalismo en serio” al que “la jefa” y el peronismo en general hacen referencia consiste en la destrucción de la vida impulsada por la extranjerización de tierras para acentuar el latifundio, en políticas de endeudamiento y de economía extractivista: un modelo basado en el monocultivo de soja,  la proliferación de “feedlots” (engorde a corral de animales para intensificar la producción), en el incendio de tierras, como podemos ver en estos días con la quema del Amazonas para aumentar la cría de ganado (una de las principales causas de deforestación y del cambio climático), extracción de petróleo, megaminería, etc. Todo capitalismo es negación de la vida porque se basa en premisas falsas, y por ende destructivas, porque surge de una lógica patriarcal que nos separa de la naturaleza, que nos aliena en base a una falsa superioridad humana, porque dice que la competencia es la base del progreso, cuando en realidad, el progreso solo ocurre cuando las distintas individualidades de todas las especies cooperan entre sí a través del apoyo mutuo. El capitalismo también es gatillo fácil, es superpoblación en cárceles, y desaparición y persecución de luchadorxs. Más y más Estado.

Las lógicas mencionadas anteriormente son mecanismos presentes e intocables del “progreso y desarrollo de las economías”, tanto por la variante “nacional y popular” como por la “amarillo neoliberal” o por la “roja” como lo demuestran sus dictaduras. Alberto Fernández, el presidente de la república Argentina, en una entrevista reciente dijo que el dólar a $60 pesos le parecía razonable, y en otra para Telefé Noticia su discurso se acopla al “capitalismo en serio” de Cristina, ese que trae “prosperidad y trabajo”: “Soy un hombre que reivindica el capitalismo pero en su mejor concepción. En un capitalismo que produce y da trabajo” (Telefé Noticias, 2019). Otra vez Orwell: “Si el líder dice de tal evento esto no ocurrió, pues no ocurrió. Si dice que dos y dos son cinco, pues dos y dos son cinco”. Si el líder dice que el capitalismo es un sistema socioeconómico que genera bienestar social, debe ser así, punto. Advirtamos cómo se expresan, cómo se cuidan mediante el lenguaje. Mediante el encantamiento de las palabras (democracia, República, “el Estado somos todos”, “hay que reforzar al Estado”, bienestar, trabajo, progreso, desarrollo, y miles de etcéteras) emergen frases como “capitalismo en serio” (porque este no lo es, puede existir uno real que genere bienestar social); “capitalismo en su mejor concepción” (no una concepción deslegitimada, sino una que ofrece felicidad y abundancia). Es decir, dentro del cinismo político de este despreciable rejunte electoral existe una capitalismo bueno, que da trabajo, que trae prosperidad, que da alegría, tranquilidad, paz. Como siempre afirmamos, su paz, custodiada y vigilada, en el exterior y en dólares.

Nosotres nos preguntamos, ¿acaso estos cachivaches están hablando en serio? ¿Puede un sistema que nace del exterminio de millones de personas a través de la expansión de sus mercados (conquista de África, conquista de América, conquista de Asia, luchas internas de clase de los distintos Estados que han llevado a guerras, la pobreza y las guerras que ellos mismo generan y que son parte de su sustento) ser algo que deseemos en serio? ¿Acaso necesitamos un sistema que, como afirma correctamente “la jefa”, se basa en que les asalariades no tengan lo suficiente para emanciparse del patrón, y que tengan que seguir trabajando para seguir consumiendo y así hasta el final de sus días? La opresión, el Poder, siempre se ha vestido con las ropas de la seriedad, el profesionalismo y la normalidad. Siempre se ha vestido con las ropas de la autoridad política.

Las exigencias

A pesar de observar esta notoria similitud de tácticas que permanecen en el tiempo más allá del agente político que detenta el Estado, afirmamos que no es preciso decir que las fuerzas políticas mayoritarias de la actualidad “son lo mismo”. Buscando generar una crítica profunda, decimos que el Estado-Capital exige diferencias entre las fuerzas políticas instituidas para poder acentuar la lógica binarista, para poder renovar la fe en la República, en la democracia, en la institucionalización de la vida; exige diferencias para reforzar su orden, su paz, la paz de los negocios; exige diferencias para prolongar y perpetuar la miseria de una sociedad dividida entre los que dictan las órdenes y en quienes las obedecemos, entre los que incrementan su patrimonio y en quienes no llegamos a fin de mes, entre los opresores y lxs oprimidxs. A través del “divide y reinaras”, la democracia logra su objetivo verdadero: la victoria de la pasividad del pueblo, su sumisión cómplice al aparato Estatal que le exprime. Es allí donde se evidencia la tendencia totalitaria del capitalismo mercantil promovida y defendida por la democracia. Es totalitaria en tanto que enfatiza un Realismo Capitalista de que éste es el único mundo posible. Como diría Margaret Tatcher, primer ministra de Inglaterra en los `80: “No hay alternativa”. Los amos nos dejarán decidir entre dos partidos diferentemente iguales que nos representarán, pero será siempre dentro de las reglas del juego capitalista, sus reglas. Cegados por la propaganda estatal y por una mentalidad que fue formateada para no ver más allá de las fronteras del Estado, el pueblo recurre a los partidos políticos para mejorar su condición. Se nos revela así el juego de las falsas oposiciones en el cual la victoria en las elecciones del nuevo partido político al Poder se traducirá en pasividad y negación de la verdadera organización del pueblo. Como escribió Lourau: «El partido, en tanto que institucionalización de un movimiento social, es la negación `organizada´ de ese movimiento” (Lourau, 2008, p.111).

El PRO, macrismo, Cambiemos, Juntos por el cambio o como mierda se autodenominen, cuando se vieron arrinconados, acomodaron sus fichas políticas. Unos días después de la contundente derrota en las PASO, Macri anunció una serie de medidas “a favor del pueblo”, que no son más que migajas y una falta de respeto hacia nuestra dignidad, buscando a través del pedido de disculpas por sus declaraciones en la conferencia de prensa posterior a las PASO, presentarse como una persona con buenas intenciones. Como cuando el patrón te ofrece un poco de migajas más cuando lo amenazas con irte a otro laburo que pagan mejor, Macri nos quiere dar $2.000 más por mes para que volvamos a elegirlo. Otra jugarreta política fue la renuncia del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne. Con una retórica macrista, la carta dirigida a un “Querido Mauricio” sigue sosteniendo que el gobierno del que Dujovne formó parte pretendía “la eliminación de la pobreza”. Cortar la cabeza de este parásito como chivo expiatorio se puede traducir como un mecanismo para calmar las aguas. La renuncia como algo que “es coherente con la pertenencia a un Gobierno y espacio político que escucha a la gente, y que actúa en consecuencia” (Infobae, 2019) pretende ser un acto de escucha hacia el descontento social. Nos siguen tratando de idiotas. Ni los antiguos parásitos, ni los actuales, ni los que vendrán, escucharán al pueblo. Esta renuncia, como todas las renuncias o condenas a los agentes del Estado que han dañado al pueblo (militares, policía, jueces, etc.) es una decisión política en conjunto que busca, a través de la responsabilización individual de algún perejil, tapar una responsabilidad estructural. No obstante, no deslegitimamos las luchas de sociedades movilizadas y organizadas que presionaron para la renuncia o destitución de algún funcionario o intentaron mejorar la calidad de vida en el aquí y ahora. Todo lo contrario, las fomentamos. Como decía Malatesta, no estamos en contra de las reformas en tanto sea una lucha colectiva que fomenta la Rebelión, pero sí estamos en contra de la lógica reformista que perpetúa la opresión (el amor eterno al “mal menor”). Por lo tanto, si el imbécil de Dujovne no se adaptó al “mejor equipo de los últimos 50 años” debe ser por su inoperancia, por un desempeño individual, y no por un gobierno saqueador y miserable. Como se dice de la yuta, “no es un policía, es toda la institución”.

Estos mecanismos que serenan, licuan, encauzan el descontento social, como queremos hacer notar, también vienen de parte del actual gobierno, y de todo gobierno en sí. Desde el Ministerio de Desarrollo Social que lideraba Carolina Stanley entablaron contactos con los máximos líderes de organizaciones sociales enmarcadas en el Frente de Todos. La tregua ya estaba hecha: «Hay buena voluntad y se entendió que hay que respetar los pasos institucionales de las urnas (…) Confían en que se cumpla la palabra empeñada con los movimientos sociales de mantener la paz social hasta fin de año” (Dinatale, 2019). ¿Volvemos a Orwell? La distopía argentina lo amerita: «La guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza«. Es en los momentos de debilidad del enemigo cuando más se debe intensificar el fuego. Lamentablemente, como sucedió en la “crisis” del 2001, nuevamente el descontento social que impulsó consignas como las conocidas “que se vayan todos” y “asambleas populares del pueblo”, que generó una consciencia que alentó a la recuperación de fábricas por parte de lxs trabajadorxs y a la creación de bachilleratos populares, es decir, el descontento social que se vio inmerso en la oportunidad de discutir la forma de vida en que nos organizamos y vivimos, nuevamente fue aprovechado por el peronismo, recuperando todo hacia el Estado.

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El 1984 argento

En el domingo de las PASO, la novela democrática ha tenido un viraje espectacular. El ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner, y posteriormente de Cristina Kirchner, de la cual se distanció críticamente en 2008, ahora pretende que nos creamos que esas disputas quedaron en el pasado y que están unidos por el triunfo de la felicidad del pueblo argentino. Ahora, y como siempre lo tuvo el peronismo, habrá un nuevo “Ministerio de la Verdad” orwelliano, liderado por Alberto y Cristina. Como siempre sucede con estos personajes, ver su historial nos brinda mucha información. Alberto Fernández estuvo con Alfonsín, estuvo con Duhalde, incluso estuvo con Cavallo. El curriculum es extenso y se ve que al fin le ha llegado la hora, después de tanto esfuerzo y compromiso, de ocuparse del papel estelar: la presidencia de la nación. Ya es todo un profesional de la política.

Peronismo, Propuesta Republicana, Kirchnerismo, Macrismo, Frente Para la Victoria, Cambiemos, Frente de Todos, Juntos por el Cambio. ¡Qué hermosura de gente!, ¿verdad? Como esta reflexión estuvo acompañada por algunas líneas de esa literatura distópica cada vez más cercana a nuestra realidad, les dejaremos con unas reflexiones orwellianas realizadas en una carta abierta hacia nuestra antigua presidenta de parte de nuestro actual presidente, un cuadro político que sin duda alguna sabe leer la política de nuestros tiempos:

La novela de George Orwell 1984 transcurre en un Estado en el que existe un «Ministerio de la Verdad» dedicado a manipular o destruir los documentos históricos, para que las evidencias del pasado coincidan con la versión que de la historia quiere imponer el gobierno en cada coyuntura. Tal vez sus aseveraciones pueden entenderse como un intento de trastocar lo ya sucedido y construir una historia que, acomodada a sus actuales conveniencias, le haga más llevadero aquello que le resulta difícil de explicar.

Yo sé bien que usted cree en la necesidad de construir un relato propio sobre la realidad que ampare el mundo dual en el que vive. Seguramente por eso trate de emularlo a Orwell. Pero a mí difícilmente me convenza. He sido un testigo privilegiado de ese tiempo y no voy a poder dar por cierta la historia novelada que nos propone como verdad absoluta. (La Nación, 2011)

Fran Fridom – Roscigna

Referencias bibliográficas

CLARÍN. “En el G-20, Cristina llamó a terminar con el anarco-capitalismo financiero”. Clarín [en línea]. 3 de noviembre del 2011. Fecha de consulta: 19 de agosto de 2019. Disponible en: https://www.clarin.com/economia/20-cristina-terminar-anarco-capitalismo-financiero_0_ByfMg7s2DQg.html

-DINATALE, MARTÍN. “El gobierno acordó una tregua con los grupos piqueteros hasta las elecciones de octubre”. 15 de agosto de 2019. Fecha de consulta: 19 de agosto de 2019. Disponible en: https://www.infobae.com/politica/2019/08/15/el-gobierno-acordo-una-tregua-politica-con-los-grupos-piqueteros-hasta-las-elecciones-de-octubre/

-GULLO, Emilio. “Un Ángel para tu soledad”. Anfibia [en línea]. Agosto de 2019. Fecha de consulta: 19 de agosto de 2019. Disponible en: https://revistaanfibia.com/cronica/un-angel-para-tu-soledad/

INFOBAE. “Renunció Nicolás Dujovne”. Infobae [en línea]. 17 de agosto de 2019. Fecha de consulta: 19 de agosto de 2019. Disponible en:    https://www.infobae.com/politica/2019/08/17/renuncio-nicolas-dujovne/

LA NACIÓN. «Carta abierta a la Presidenta». La Nación [en línea]. 27 de julio de 2011. Fecha de consulta: 19 de agosto de 2019. Disponible en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/carta-abierta-a-la-presidenta-nid1392651?fbclid=IwAR2CUV1ClPxZNEJq8LNFIGJAVcR-KkusPwIn8N7t293_66WqBkYSlwgdhPY

-LOURAU, René. El Estado inconsciente, Terramar, La Plata, 2008.

TELEFÉ NOTICIAS. “Entrevista a ALBERTO FERNÁNDEZ: `Le pido a MACRI renegociar con el FMI´». 15 de agosto de 2019. Telefé Noticias. Fecha de consulta: 19 de agosto de 2019. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=wLhCT-3Losw

-SCOLNIK, Fernando. “Y un día Macri si hizo peronista”. La Izquierda Diario [en línea]. 9 de octubre del 2015. Fecha de consulta: 19 de agosto de 2019. Disponible en: https://www.laizquierdadiario.com/Y-un-dia-Macri-se-hizo-peronista

[1]  https://www.youtube.com/watch?v=2L2GHohuX2U


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